Empezar a escribir la justificación de tesis es mucho más que cumplir con un requisito formal. Es la oportunidad para el investigador de demostrar la relevancia de su estudio y persuadir al jurado sobre su pertinencia, oportunidad y aporte.
Por ello, estructurarla adecuadamente es clave para generar impacto desde las primeras páginas del trabajo académico.
A continuación, se presentan estrategias, elementos y consejos para redactar una justificación sólida, convincente y alineada con los estándares académicos actuales.

¿De qué trata la justificación de una tesis?
Se conoce como justificar una tesis al apartado en el que el autor explica las razones del porque escogió dicho tema, cuál es su importancia dentro de un campo del saber, y qué beneficios puede aportar su abordaje.
No se trata solo de defender una elección personal, sino de demostrar con fundamentos su valor científico, social, educativo o profesional.
Dicha sección de la tesis busca responder a: ¿Por qué este tema es relevante hoy? ¿A quién beneficia el estudio? ¿Qué vacío de conocimiento se pretende llenar? ¿Qué problemáticas concretas se podrían abordar gracias a la investigación?
La importancia de captar la atención del jurado
Los tribunales académicos suelen evaluar múltiples trabajos en un mismo periodo, por lo que destacar desde las primeras secciones es crucial.
Una justificación bien estructurada y argumentada contribuye a generar una primera impresión positiva. Además, revela el nivel de comprensión que el investigador tiene sobre el problema planteado y su impacto potencial.
Para ello, se recomienda evitar estructuras genéricas y lugares comunes. El objetivo es que el jurado encuentre en esta sección una motivación clara, lógica y actualizada, basada en evidencia y con implicaciones concretas que generen interés en lo que está por venir.
Estructura lógica y progresiva de la justificación
Una justificación bien escrita debe organizarse de manera coherente y progresiva, transitando desde lo general hacia lo particular. Si bien no existe un esquema único, una estructura recomendable puede incluir los siguientes elementos:
1. Contextualización del problema
Se comienza con una introducción al tema elegido, conectándolo con una realidad concreta, ya sea local, nacional o global. Este paso permite que el lector se sitúe en el contexto y entienda por qué el asunto merece atención.
Por ejemplo, si la tesis aborda el uso de tecnologías digitales en la educación rural, el punto de partida puede ser una breve referencia al rezago tecnológico en determinadas zonas, sustentada con datos actuales o antecedentes teóricos.
2. Relevancia del estudio
En esta parte se argumenta por qué el tema es importante dentro del campo académico al que pertenece. Se pueden mencionar vacíos en la literatura, problemáticas sin resolver, nuevas perspectivas teóricas o necesidades detectadas en la práctica profesional.
Es recomendable sustentar esta sección con referencias bibliográficas actualizadas, informes institucionales o datos estadísticos que respalden la necesidad de investigar el fenómeno.
3. Impacto esperado
Una buena justificación también debe esbozar qué se espera lograr con el estudio. Aquí se detallan los beneficios potenciales, tanto teóricos como prácticos, que la investigación podría ofrecer a una comunidad específica, a una disciplina o a la sociedad en general.
Este impacto puede expresarse en términos de generación de conocimiento, mejora de procesos, propuesta de soluciones o incluso cambios en políticas públicas.
4. Originalidad y aporte personal
Este componente permite destacar la novedad del enfoque adoptado o la forma en que el autor piensa contribuir desde su perspectiva. Puede ser una metodología innovadora, una combinación de teorías poco explorada, o el tratamiento de un caso singular que aún no ha sido estudiado.
El énfasis debe ponerse en cómo esta investigación se diferencia de otras similares y qué valor agregado introduce al debate académico.
Criterios para redactar una justificación efectiva
Más allá de la estructura, es necesario cuidar aspectos formales y discursivos que fortalecen la claridad y el rigor del texto.
Claridad conceptual
Evitar tecnicismos innecesarios o explicarlos brevemente si son imprescindibles.
El objetivo es que cualquier miembro del jurado, sin importar su especialidad, pueda comprender la justificación con fluidez.
Coherencia argumentativa
Cada párrafo debe estar conectado con el anterior mediante conectores lógicos que encaminen al lector a través del razonamiento.
Palabras como “por ello”, “además”, “en consecuencia”, “sin embargo” o “de este modo” ayudan a mantener la cohesión textual.
Sustento teórico y empírico
Una justificación no puede basarse solo en opiniones personales. Debe respaldarse con literatura académica, datos de fuentes confiables y referencias actualizadas que validen la importancia del tema.
Persuasión sin exageración
El tono debe ser convincente, pero sin caer en la hipérbole. No es necesario afirmar que un tema “jamás ha sido abordado” si no hay pruebas de ello; basta con señalar que existe una escasa atención o un abordaje parcial.

Errores comunes que deben evitarse
Aunque la justificación es una sección breve, es común incurrir en errores que pueden restarle fuerza o credibilidad al trabajo:
- Generalidades excesivas: Frases vagas como “es un tema muy interesante” o “la educación es importante” no aportan valor. Es necesario concretar la importancia del tema en función de contextos y datos específicos.
- Ausencia de fuentes: No justificar con bibliografía ni datos puede generar dudas sobre la seriedad del planteamiento.
- Confundir objetivos con justificación: Aunque están relacionados, los objetivos indican qué se pretende hacer, mientras que la justificación explica por qué es importante hacerlo.
- Redundancias: Repetir ideas con diferentes palabras debilita el contenido. Cada párrafo debe aportar algo nuevo al argumento central.
Opta siempre por captar el interés del jurado a través de la argumentación
Una justificación bien estructurada no solo cumple con un requisito formal, sino que constituye el eje argumentativo del proyecto de tesis. Al presentar razones claras, pertinentes y coherentes, se logra captar el interés del jurado y demostrar el valor del estudio propuesto.
En síntesis, redactar una buena justificación implica combinar conocimiento del tema, pensamiento crítico y habilidad discursiva. Es una oportunidad para mostrar la solidez de la propuesta, el compromiso del investigador y la contribución que se espera realizar al campo académico y a la sociedad.