¿En qué momento se redacta la justificación de una tesis? Es una de las preguntas más recurrentes al momento de comenzar la tesis, esta suele tornarse en una de las etapas más estresantes en la vida de todo estudiante universitario durante el proceso. Dentro de su estructura, la justificación juega un papel crucial: explica por qué el tema elegido es relevante, necesario y valioso.

Este artículo resuelve esa duda y, además, ofrece los pasos clave para elaborarla correctamente, cumpliendo con los estándares académicos actuales.

¿Qué es la justificación de una tesis?

La justificación de una tesis se refiere al apartado de la investigación donde se evidencia el por qué de la misma .Aquí, el autor explica por qué se eligió el tema, qué beneficios aporta a la comunidad académica o profesional, y cómo contribuye a resolver un problema específico.

En pocas palabras, la justificación responde a las preguntas:

Esta sección no solo da contexto al lector, sino que también convence al jurado de que la investigación merece ser desarrollada.

¿En qué momento se redacta la justificación de la tesis?

Aunque no existe una regla absoluta, la justificación se redacta en la etapa inicial del desarrollo de la tesis, específicamente durante la formulación del anteproyecto o proyecto de investigación.

Esto sucede después de definir el tema y el problema de investigación, pero antes de entrar en la recolección de datos o el desarrollo metodológico profundo. Redactar la justificación en este punto es ideal porque:

En resumen, la justificación se elabora justo después del planteamiento del problema y en paralelo con los objetivos y la hipótesis del estudio.

Pasos para redactar la justificación de una tesis

La redacción de la justificación debe seguir una estructura lógica. Aquí te presentamos los pasos que garantizan una justificación clara, coherente y sólida:

1. Identificar el problema central

Ten en cuenta que debes demostrar el estudio, teniendo muy presente la problemática que se plantea resolver. Esta comprensión te permitirá argumentar por qué es necesario investigar ese tema y no otro.

2. Explicar la relevancia social, académica y profesional

Una buena justificación debe demostrar la utilidad del estudio desde varios ángulos:

Estas dimensiones muestran que tu trabajo no es solo interesante, sino también valioso y aplicable.

3. Demostrar originalidad

Una tesis debe aportar algo nuevo. Esto no significa descubrir un planeta, pero sí presentar un enfoque diferente, una población poco estudiada o una metodología innovadora. Justifica por qué tu investigación no es una repetición de estudios anteriores.

Aquí es clave mencionar estudios previos y mostrar cómo tu propuesta amplía, mejora o cuestiona esos trabajos.

4. Enunciar los beneficios o aportes esperados

Plantea con claridad qué resultados esperas obtener y cómo estos beneficiarán a la comunidad científica, a una institución, a una región o a un grupo específico.

Ejemplo:

“Los resultados obtenidos podrían contribuir a mejorar la gestión educativa en zonas rurales, fortaleciendo los procesos de enseñanza-aprendizaje en contextos de alta vulnerabilidad”.

5. Establecer los límites del estudio

Aunque no lo parezca, los límites también forman parte de una buena justificación. Indican al lector hasta dónde llegará la investigación, ayudando a comprender su enfoque específico y evitando expectativas poco realistas.

¿Cuál es su importancia?

Saber en qué tiempo se redacta la justificación de una tesis es tan importante cómo saber el por qué se hace, pues es lo que le da sentido a tu proyecto, el por qué decidiste escoger ese título y por qué crees que ayudará a tus colegas.

Pues, así como un producto aparece para resolver una necesidad, la justificación de la tesis nace para da

Consejos adicionales para una buena justificación

✔ Usa un lenguaje claro y persuasivo

Evita tecnicismos innecesarios o frases ambiguas. Recuerda que estás intentando convencer al lector de que tu investigación vale la pena.

✔ Sé breve, pero profundo

La extensión ideal de la justificación puede variar, pero usualmente oscila entre una y dos páginas. Debe ser suficiente para cubrir los puntos clave sin redundancias.

✔ Respeta el estilo académico

Utiliza citas si es necesario, estructura los párrafos con lógica, y asegúrate de mantener un tono formal y objetivo.

Ejemplo de estructura para una justificación

A continuación, te mostramos una plantilla simple para que puedas organizar las ideas de tu justificación:

Párrafo 1: Introducción al tema y planteamiento general del problema.
Párrafo 2: Relevancia social, académica y profesional del estudio.
Párrafo 3: Originalidad y necesidad de investigar el tema.
Párrafo 4: Aportes esperados y beneficiarios directos.
Párrafo 5: Límites del estudio y cierre argumentativo.

Este esquema puede adaptarse según el área de estudio, el tipo de investigación y las exigencias de la institución académica.

Preguntas frecuentes respecto al tema

¿Puedo redactar la justificación después de los objetivos?

No es lo más recomendable. Idealmente, primero debes justificar el “por qué” de tu investigación y luego definir el “para qué” (objetivos).

Sin embargo, ambos elementos pueden desarrollarse en paralelo.

¿Cuánto debe ocupar la justificación en el documento?

Dependerá del reglamento de tu universidad. En general, una a dos páginas es suficiente, siempre que se cubran todos los puntos esenciales.

¿La justificación se puede cambiar después?

Sí. A medida que avances en la tesis, puedes ajustar o enriquecer la justificación, sobre todo si encuentras nuevos datos o cambias parcialmente tu enfoque. No obstante, siempre consulta con tu tutor antes de hacer modificaciones importantes.

La justificación es una de las secciones más importantes en una tesis, ya que permite demostrar la necesidad, pertinencia y valor del estudio. Saber cuándo redactarla (después del planteamiento del problema y antes de desarrollar la metodología) y cómo hacerlo paso a paso es fundamental para construir una tesis sólida desde el principio.

Recuerda que una buena justificación no sólo responde a la pregunta «¿por qué hago esta investigación?», sino que también convence al lector de que es necesaria y útil.

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